Siempre hemos pensado y asumimos que al envejecer (cumplir años) nuestra piel también lo hace al mismo tiempo. Pero se ha demostrado que la piel puede sufrir daños mucho más rápidos e irreparables si no tomamos en consideración unos factores externos.

De hecho conocemos que el 25% de los genes controlan el proceso de envejecimiento. Y un 75% está en nuestras manos. Ese mayor porcentaje son factores que nosotros controlamos a nuestro favor o en contra denominado Exposoma

El término Exposoma lo acuñó en 2005 el Dr. Christopher Wild, epidemiólogo estadounidense del cáncer.

Se publicó un artículo en septiembre de 2016 de un consenso de científicos Europeos especializados en medio ambiente y Biología de la piel. Conocido como Krutmann 2017.

Aquí tienes los 7 factores externos que afectan al envejecimiento de la piel

Estos factores son

  1. Radiación Solar
  2. Contaminación del aire 
  3. Tabaco
  4. Temperatura
  5. Nutrición
  6. Estrés
  7. Falta de sueño

Radiación solar

Tenemos una serie de términos que estamos acostumbrados a leer y la mayoría de personas no le prestamos atención como: UV, UVB, UVA 2, UVA 1, IR y LV.

En esta imagen podemos apreciar perfectamente las consecuencias de las diferentes longitudes de onda que penetran en la piel
Penetración de los rayos UV, LV y IR en la piel

Estos términos los encontramos mayoritariamente en los protectores solares, porque son los más comunes a la hora de utilizarlos, para proteger nuestra piel en lugares típicos como la playa, montaña y deportes al aire libre.

Los laboratorios hace tiempo incorporan en sus productos cremas/ geles para el cuidado del rostro, cuello y pecho protectores solares. Al evidenciar los daños ocasionados por la radiación solar. 

El envejecimiento de la piel está establecido y acuñado como fotoenvejecimiento, es la radiación ultravioleta (UV), luz visible (LV) e infrarroja (IR) la que afecta a las tres capas principales de la piel: epidermis, la dermis y la hipodermis.

Epidermis: es la capa externa que nosotros tocamos y vemos de nuestro cuerpo.

Dermis: es la capa profunda donde se aloja el tejido conjuntivo, vasos sanguíneos, nervios y otras estructuras.

Hipodermis: es la capa más profunda donde se aloja las células de grasa o tejido adiposo, que aísla el cuerpo y conserva el calor.

Todas las longitudes de onda UV, la Luz Visible, Infrarroja de un modo u otro afecta en diferentes capas de la piel, como se demuestra en la imagen.

Que no sintamos ardor o escozor en la piel al exponernos al sol no significa que la piel no esté sufriendo daños que a corto plazo o largo plazo ocasionan enfermedades cutáneas.

Debemos asumir que es nuestra barrera natural de agentes externos, termorregulador, transpiración, detector de enfermedades y sensorial.

Capas de la piel

Contaminación del aire

Se considera contaminación del ambiente interior como exterior, por cualquier agente químico, físico o biológico.

Agentes contaminantes: plomo (plantas de procesamiento), material con partículas (hollín, gases de escape de coches e industria), óxido de nitrógeno (gases automóviles), óxido de azufre (plantas industriales), ozono (nivel suelo).

Todos estos agentes contaminantes no solo afecta a nuestro organismo interior produciendo enfermedades, sino, que afecta en gran medida al estado de nuestra piel, como primera receptora de la contaminación.

Una mala condición atmosférica, como ocurre en las grandes ciudades, provoca daños invisibles en nuestra piel. Estos daños es un aumento de radicales libres, se reduce la Vitamina E y C y disminuye la oxigenación.

Se pierde luminosidad, aparición de arrugas antes de lo normal, deshidratación, piel rugosa o poca firmeza, piel más grasa y aparición de poros.

Los ciudadanos que viven en los pueblos rurales tienen mejor calidad ambiental, en parte sí, pero en parte no. Hay otros factores que también dañan la piel, como el uso de pesticidas, plaguicidas, herbicidas y fertilizantes químicos que contaminan el aire, suelos y agua.

Lógicamente, la calidad del aire en las zonas rurales es mucho más saludable, que esa neblina denominada Smog en inglés y la conocemos como niebla contaminante.

Polución

Tabaco

Todos conocemos los daños ocasionados habitualmente en los pulmones y corazón. El tema es que muchos fumadores no conocen los efectos negativos ocasionados en la piel.

Uno de los efectos negativos de la nicotina es que afecta a los vasos sanguíneos reduciendo el flujo de oxígeno y nutrientes a la piel. También una serie de sustancias químicas de la inhalación del humo reduce el aporte de oxígeno, absorción de vitamina A, altera el colágeno y favorece la aparición de arrugas.

Tenemos la capacidad de recuperarnos de estos daños ocasionados por el tabaquismo dejando definitivamente el vicio. Se calcula que la recuperación de la piel no se nota hasta pasados entre los 3 y 5 años. Ayudado por un tratamiento constante de limpieza, cuidado e hidratación y algún aporte de vitaminas, selenio y zinc.

No fumar

Temperatura

Las personas disponemos de un órgano denominado hipotálamo que es el encargado de la termorregulación. Mantiene constante la temperatura corporal, mediante la sudorización o la respiración.

La piel es la responsable de evitar factores externos como las bacterias, sustancias de tipo químico y protección de la temperatura. La constante exposición a temperatura elevada ocasiona daños acumulativos de deshidratación y sequedad. Una mayor tirantez e irritación por la pérdida de agua.

Se ha observado en trabajadores como los panaderos o fundidores por la exposición constante a los hornos, un severo envejecimiento en la zona de la piel más expuesta a esa radiación. Se podría denominar envejecimiento cutáneo térmico.

Temperatura

Nutrición

Una mala alimentación ocasiona a simple vista problemas fáciles de identificar, indistintamente que esté relacionado con otros problemas de hígado, malas digestiones o una microbiótica intestinal en mal estado Se mostrará una piel apagada, falta de brillo, cabello graso o seco, uñas quebradizas, eczemas, irritaciones, etc.

Invertimos gran cantidad de tiempo y recursos económicos en cuidarnos, contratando tratamientos corporales y faciales en centros dermatológicos, cremas, lociones varias y un sinfín de productos milagrosos si conviene.

Se ha demostrado que los países que consumen más alimentos denominados km 0 o de proximidad, que predomina los productos de temporada, suelen ser ecológicos, controlan lo que comen, etc. tienen un nivel de vida más longeva y una piel tersa, sana y luminosa.

Una dieta rica en antioxidantes, consumo reducido de alcohol, proteína vegetal, pescado azul, verduras, frutas, frutos secos, aceite de oliva y alimentos de alto contenido de vitaminas A, C, D, y E. Garantiza que nuestra piel muestre al exterior ese cuidado interior.

El hecho de consumir suplementos nutricionales para complementar la mala dieta puede ocasionar el efecto contrario y ser más perjudicial. Esto ocurre a menudo en los países con grandes consumos de comida rápida y preparada. Abundante grasa saturada, azúcares y sal. Y una excusa general, es que no tenemos tiempo para preparar la comida. Solución fácil, comprar una ensalada preparada, acompañarla con fruta y frutos secos.

Nutrición

Estrés

Existen evidencias clínicas de que el estrés afecta a la piel, rojeces, urticaria, acné, erupciones. Faltan pruebas concluyentes que relacionen directamente el estrés psicológico con el envejecimiento de la piel. Sí que se ha demostrado que los trastornos de la piel pueden ser agravados por el estrés.

Síntomas comunes del estrés que repercuten, según estudios de especialistas y dermatólogos, son: la falta de luminosidad, obstrucción de los poros, deshidratación (que resulte que manifieste líneas de expresión), también incide en el aumento de los brotes del acné, dermatitis y psoriasis.

Hay algunos datos que indican que el estrés disminuye la permeabilidad (la capacidad que tiene la piel de evitar que penetren elementos dañinos y, por el otro, permite el paso de otras sustancias favorables).

Estrés

Falta de sueño

Es sabido que se recomienda entre 7 y 8 horas de sueño para que el cerebro y el cuerpo recuperen sus funciones vitales.

La falta de sueño tiene un impacto en posibles enfermedades crónicas: diabetes, obesidad, problemas con el corazón, depresión, estrés y aumenta el riesgo de mortalidad. Dormir las horas aconsejadas beneficia a todo el organismo. Incluida la piel. El sueño es un reparador energético y molecular.

Síntomas en la piel, de la falta de sueño, además son muy evidentes: aspecto menos saludable, menos atractivo, alteración del color del rostro en ciertos puntos, párpados colgantes, ojos rojos e hinchados, ojeras y bolsas, arrugas, líneas de expresión más marcadas, labios secos. 

Como se observa, la falta de sueño incide en muchos puntos del rostro, pero también en la función cerebral, pérdida y lapsus de memoria, trastornos psíquicos, fatiga, debilidad, pérdida de reflejos.

Falta de sueño

Conclusión

Para una piel sana, elástica, saludable, sin arrugas, líneas de expresión y ojeras. Evita los 7 factores que debilitan nuestra piel. Además, compleméntalo con una buena dosis de limpieza, hidratación, crema nutritiva, protector solar SPF alto, un poco de tiempo y amor a ti misma.


Espero que esta guía te haya sido de utilidad e interesante, y proporcione la información necesaria para elegir el producto más adecuado a tus necesidades. 

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